domingo, 25 de enero de 2009

Día número 1

Día número 1 en el infierno.
Día número uno de mi mierda de vida.
Soy una maldita wannabe porque no tengo la fuerza de voluntad suficiente para mantener la boca cerrada.
Para el que no lo sepa, el término "wannabe" es una abreviatura americana de "want to be" (quiero ser).
Un quiero y no puedo.
Un quiero serle fiel a Ana y no puedo parar de comer.
Quiero ser delgada y estoy llena de michelines por todas partes.


Mido 1'66, tengo 22 años y lo mínimo que he llegado a pesar son 59 kilos.
Lo máximo han sido 65 kilos en Septiembre, y estaba tremendamente desbordada.
En realidad en esa época me daba igual, porque tenía al chico más maravilloso del mundo conmigo y me decía "come, come", y se enfadaba cuando no comía.
Pero a él siempre le gustaron las flaquitas, y no creo que me dejase por gorda, pero sí que sé que si hubiese estado más flaquita se lo habría pensado dos veces antes de abandonarme.


Ahora he vuelto a 59 kilos.
Me ha costado muchísimo, pero lo he logrado.
Seguramente mañana ya estaré en 60 o 61 de nuevo, y eso me entristece.
No soy capaz de utilizar a Mía correctamente, porque me da pánico vomitar desde que tengo memoria.
Hace dos días utilicé un laxante, pero me dan muchísimo miedo, ya que le temo al cáncer y todas esas enfermedades, y como el laxante me deja hecha polvo, supongo que es un golpe muy duro al estómago. Algo que no hay que utilizar muy a menudo.


Anoche terminé de joderla con el chico del que estoy totalmente enamorada.
Dentro de 3 días vuelve a donde trabaja, muy lejos de aquí. A unos 3000 kilómetros, y no sé cuándo volverá.
Lo peor es que se va pensando que estoy loca y odiándome a muerte.
Y todo por una tontería de borrachos, una broma poco oportuna que hice que se convirtió en un embrollo gigantesco y lioso.
(Sí, sé que el alcohol engorda, pero cada vez que salgo bailo tanto que al día siguiente me peso y he bajado un kilo mínimo).

Estoy totalmente desesperada porque llevo 4 meses sin él (desde Septiembre), pero jamás me hice a la idea de que no estábamos juntos.
En mi mente creé un mundo en el que él simplemente ha ido a comprar tabaco (bueno tabaco no, ya que dejó de fumar por mí, pero cualquier otra cosa), y yo espero a que vuelva.
Para mí hemos seguido juntos, y hoy me ha dicho que no quería saber nada más de mí.
No está actuando con sentido común y está exagerando muchísimo las cosas, no porque lo diga yo, sino porque lo dice mi mejor amiga que sabe toda la historia y es alguien que lo ve desde fuera.
Dice que yo no debería de sentirme culpable, y que si está así no es por lo de anoche, sino porque quiere quitarme de su camino y anoche le di la excusa perfecta.

Llevo 4 meses centrada solamente en recuperarle, haciendo de todo, ignorándole, hablándole, y nada funciona.
Ahora creo que le he perdido para siempre y me toca despertar y entrar en la realidad y no quiero hacerlo.
No quiero empezar "mi vida sin él". Tengo mucho miedo, y sé que ahora se está portando mal, pero es la mejor persona que he conocido y sé que no habrá otro como él.
Y sé que suena a lo típico, a mujer abandonada y ciega que no ve que la tratan mal e idealiza a su pareja. No.
He estado en esa situación antes. Estuve 3 años con un chico y pensé que no lo superaría. Pero era diferente. En el fondo sabía que él no me convenía y que me hacía daño aposta.
Esta vez no pienso que no vaya a olvidarme porque me esté pasando en este momento y esté ciega.
Estuve dos años soltera barajando miles de opciones y no me abrí a nadie hasta que llegó él, porque era perfecto.
Era feo, flacucho (sin músculo), con entradas (medio calvo), con gafas, pero era perfecto como persona. Se complementaba a la perfección conmigo.

Mañana encima me independizo.
Tengo un piso de dos habitaciones que he ido arreglando sólo pensando en él.
Compré una cama gigante en Ikea y no he tocado su lado, porque es sólo para él.
Lo estoy pasando realmente mal, pero tengo una nueva meta.

Si ya no vivo por él, viviré por estar más delgada.
La próxima vez que venga verá a una de esas chicas flaquitas que tanto le gustan.
Y como le gustan las rubias y yo tengo el pelo negro, tampoco me lo teñiré de rubio, pero sí de castaño claro.
Si no quiere saber nada más de mí, que no lo haga.
Pero yo no puedo dejar de amarle, así que haré que se arrepienta de haberme hecho daño.
Y si me sale mal, como mucho me moriré, que tampoco estaría nada mal.
Hoy en día mi vida vale cero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario